martes, 20 de junio de 2017

Mario Levi







Mario Levi nació en Estambul en el año 1957, de familia sefardí, que conversaba en ladino. Vivían el barrio de Şişli en la orilla europea. El ámbito familiar era más bien conservador dentro de una familia judía no-ortodoxa. En la actualidad Mario Levi se declara judío secular, aunque siente un gran respeto por la Biblia, no por los rituales. De su primer matrimonio tiene dos hijas mellizas. En segundas nupcias está casado con una musulmana y tienen una hija con nombre mixto (turco y europeo): Masal Clara. En fin de año montan el árbol de Navidad y, sobre una cómoda con iconos cristianos, colocan la Torá y el Corán.

Mario Levi estudió en el Instituto de San Miguel, donde sufrió acoso por parte de su profesor y sus compañeros por su condición hebrea. Se graduó en Literatura francesa por la Universidad de Estambul en 1980, lo que hizo que Proust, Flaubert y Camus influyeran en sus primera obras. Más tarde leyó a Virginia Woolf y Paul Auster, que dejaron huella en su estilo experimental. 

Trabajó como instructor en francés, importador, periodista y locutor de radio. Levi es experto en cocina (también de platos sefardíes, que le enseñó su abuela Clara), y en música, faceta esta última que le ha llevado a participar en programas musicales en la radio y a escribir en 1986 una biografía novelada  titulada Jacques Brel: Bir Yalnız Adam (“Jacques Brel: un hombre solitario”) sobre el cantautor

Sus primeros artículos aparecieron en el diario Şalom y más tarde publicó extensamente en periódicos y revistas literarias como Cumhuriyet, Studyo Imge, Milliyet Sanat, Gosteri, Argos, Gergedan y Varlik. Su primera colección de cuentos cortos, en parte autobiográficos, la publicó en 1990 con el título Bir Şehre Gidememek (“Sin poder ir a una ciudad”). Estos relatos de su infancia y adolescencia recibieron el Premio para Cuentos Haldun Taner de ese año. Su segunda colección de cuentos, bajo el título Madam Floridis Dönmeyebilir (“La señora Floridis no puede volver”), apareció en 1991 y narra la lucha de un grupo minoritario en Estambul para adaptarse a una sociedad en rápido cambio. En 1992 publicó su primera novela con el título En Güzel Aşk Hikayemiz (“Nuestra mejor historia de amor”.)

Compaginándolo con el periodismo, la publicidad y la docencia, Mario Levi, de 1992 a 1999, se dedica a escribir las 800 páginas de su obra magna İstanbul Bir masaldı (“Estambul era un cuento”), que describe la vida de una familia judía residente en Estambul, desde los inicios de la república turca en los años ’20 hasta el período turbulento tras el golpe militar de los años ’80. Muestra también a los héroes de otras minorías presentes en Estambul en esa época. Cuarenta y nueve personajes pertenecientes a tres generaciones aparecen en este libro en el que se suceden centenares de historias diversas, ejemplo de la mezcolanza cultural de Estambul. El libro está construido, a la manera de una cadena narrativa en la que unos eslabones se van engarzando con otros, una obra coral cargada de voces y acentos múltiples. Cuando llevó la novela a la editorial sintió que se separaba de una amante para quien la escritura le da "la oportunidad de existir". Se define como una persona triste, enfadada y revolucionaria: "son mis sentimientos y por eso escribo porque para eso es necesario un conflicto con la vida". Para Levi, hay dos cosas importantes en la vida: "producir algo, lo que sea, y tener el talento de amar", talento que, recalca, no tienen todas las personas.

A pesar de que el 23 de julio del año 2014 un grupo de medios de comunicación turcos llamó al boicot de los libros de Mario Levi, por su condición de escritor judío, el escritor expresa su gran amor por Estambul, su ciudad, que le ha hecho ser "a la vez oriental y occidental", un carácter multicultural que une a su país y al país de sus antepasados quienes en el siglo XV emprendieron un largo viaje que terminó en Turquía y, de generación en generación, transmitieron el ladino que forma parte de su existencia y no es para él una lengua extranjera. 

A él se lo enseñó su abuela contándole largos cuentos bíblicos "con personajes que parecían de su familia", que a él le aburrían, pero que ahora valora y agradece. Para Levi estas historias forman parte de su universo cultural y de su carácter y que "probablemente", algún día escribirá en esta lengua, antes de que se pierda, porque a los jóvenes no les interesa aprenderlo. Se ha utilizado en el Norte de África, Egipto, Turquía, la antigua Yugoslavia, Bulgaria, Rumanía, Francia, Israel y en Estados Unidos (sobre todo en Seattle, Los Ángeles, Nueva York y el Sur de Florida) e Iberoamérica. Se estudia en algunos departamentos universitarios y hay algunas comunidades que intentan preservarlo: a la Unesco han llegado varias iniciativas que propugnan su salvación. Pero no lo tiene fácil, pues el exterminio judío por parte de los nazis supuso además un fuerte mazazo a la supervivencia de esta lengua que hablaban, antes de subir Hitler al poder, un cuarto de millón personas.

“La pérdida de mi lengua materna sería una desgracia más de este siglo XXI que en lo cultural me está pareciendo de los más decepcionante”, comenta Mario Levi. Sería una pena que lo que se ha conservado durante 500 años, se pierda en 30. 

Las últimos libros publicados por Mario Levi son Lunapark Kapandı (“Parque de atracciones cerrado”) en 2005; Karanlık Çökerken Neredeydiniz (“¿Dónde estabas cuando oscureció?”) en 2009, que fue muy bien acogido por la crítica; İçimdeki İstanbul Fotoğrafları (“Mis fotografías de Estambul”) en 2010; “He hecho un pastel para ti” en 2013; “La huida era parte del juego” en 2015; y “Amor en una sola frase” en 2016.

En la actualidad Mario Levi vive en el barrio denominado Moda, en la orilla asiática de Estambul, en un apartamento lleno de alfombras con arte moderno por todos lados y con mobiliario en madera oscura, como un auténtico aristócrata de Estambul. Es profesor en la Universidad Yeditepe, donde enseña Escritura Creativa.


MAG/20.06.2017

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