martes, 20 de junio de 2017

Mario Levi







Mario Levi nació en Estambul en el año 1957, de familia sefardí, que conversaba en ladino. Vivían el barrio de Şişli en la orilla europea. El ámbito familiar era más bien conservador dentro de una familia judía no-ortodoxa. En la actualidad Mario Levi se declara judío secular, aunque siente un gran respeto por la Biblia, no por los rituales. De su primer matrimonio tiene dos hijas mellizas. En segundas nupcias está casado con una musulmana y tienen una hija con nombre mixto (turco y europeo): Masal Clara. En fin de año montan el árbol de Navidad y, sobre una cómoda con iconos cristianos, colocan la Torá y el Corán.

Mario Levi estudió en el Instituto de San Miguel, donde sufrió acoso por parte de su profesor y sus compañeros por su condición hebrea. Se graduó en Literatura francesa por la Universidad de Estambul en 1980, lo que hizo que Proust, Flaubert y Camus influyeran en sus primera obras. Más tarde leyó a Virginia Woolf y Paul Auster, que dejaron huella en su estilo experimental. 

Trabajó como instructor en francés, importador, periodista y locutor de radio. Levi es experto en cocina (también de platos sefardíes, que le enseñó su abuela Clara), y en música, faceta esta última que le ha llevado a participar en programas musicales en la radio y a escribir en 1986 una biografía novelada  titulada Jacques Brel: Bir Yalnız Adam (“Jacques Brel: un hombre solitario”) sobre el cantautor

Sus primeros artículos aparecieron en el diario Şalom y más tarde publicó extensamente en periódicos y revistas literarias como Cumhuriyet, Studyo Imge, Milliyet Sanat, Gosteri, Argos, Gergedan y Varlik. Su primera colección de cuentos cortos, en parte autobiográficos, la publicó en 1990 con el título Bir Şehre Gidememek (“Sin poder ir a una ciudad”). Estos relatos de su infancia y adolescencia recibieron el Premio para Cuentos Haldun Taner de ese año. Su segunda colección de cuentos, bajo el título Madam Floridis Dönmeyebilir (“La señora Floridis no puede volver”), apareció en 1991 y narra la lucha de un grupo minoritario en Estambul para adaptarse a una sociedad en rápido cambio. En 1992 publicó su primera novela con el título En Güzel Aşk Hikayemiz (“Nuestra mejor historia de amor”.)

Compaginándolo con el periodismo, la publicidad y la docencia, Mario Levi, de 1992 a 1999, se dedica a escribir las 800 páginas de su obra magna İstanbul Bir masaldı (“Estambul era un cuento”), que describe la vida de una familia judía residente en Estambul, desde los inicios de la república turca en los años ’20 hasta el período turbulento tras el golpe militar de los años ’80. Muestra también a los héroes de otras minorías presentes en Estambul en esa época. Cuarenta y nueve personajes pertenecientes a tres generaciones aparecen en este libro en el que se suceden centenares de historias diversas, ejemplo de la mezcolanza cultural de Estambul. El libro está construido, a la manera de una cadena narrativa en la que unos eslabones se van engarzando con otros, una obra coral cargada de voces y acentos múltiples. Cuando llevó la novela a la editorial sintió que se separaba de una amante para quien la escritura le da "la oportunidad de existir". Se define como una persona triste, enfadada y revolucionaria: "son mis sentimientos y por eso escribo porque para eso es necesario un conflicto con la vida". Para Levi, hay dos cosas importantes en la vida: "producir algo, lo que sea, y tener el talento de amar", talento que, recalca, no tienen todas las personas.

A pesar de que el 23 de julio del año 2014 un grupo de medios de comunicación turcos llamó al boicot de los libros de Mario Levi, por su condición de escritor judío, el escritor expresa su gran amor por Estambul, su ciudad, que le ha hecho ser "a la vez oriental y occidental", un carácter multicultural que une a su país y al país de sus antepasados quienes en el siglo XV emprendieron un largo viaje que terminó en Turquía y, de generación en generación, transmitieron el ladino que forma parte de su existencia y no es para él una lengua extranjera. 

A él se lo enseñó su abuela contándole largos cuentos bíblicos "con personajes que parecían de su familia", que a él le aburrían, pero que ahora valora y agradece. Para Levi estas historias forman parte de su universo cultural y de su carácter y que "probablemente", algún día escribirá en esta lengua, antes de que se pierda, porque a los jóvenes no les interesa aprenderlo. Se ha utilizado en el Norte de África, Egipto, Turquía, la antigua Yugoslavia, Bulgaria, Rumanía, Francia, Israel y en Estados Unidos (sobre todo en Seattle, Los Ángeles, Nueva York y el Sur de Florida) e Iberoamérica. Se estudia en algunos departamentos universitarios y hay algunas comunidades que intentan preservarlo: a la Unesco han llegado varias iniciativas que propugnan su salvación. Pero no lo tiene fácil, pues el exterminio judío por parte de los nazis supuso además un fuerte mazazo a la supervivencia de esta lengua que hablaban, antes de subir Hitler al poder, un cuarto de millón personas.

“La pérdida de mi lengua materna sería una desgracia más de este siglo XXI que en lo cultural me está pareciendo de los más decepcionante”, comenta Mario Levi. Sería una pena que lo que se ha conservado durante 500 años, se pierda en 30. 

Las últimos libros publicados por Mario Levi son Lunapark Kapandı (“Parque de atracciones cerrado”) en 2005; Karanlık Çökerken Neredeydiniz (“¿Dónde estabas cuando oscureció?”) en 2009, que fue muy bien acogido por la crítica; İçimdeki İstanbul Fotoğrafları (“Mis fotografías de Estambul”) en 2010; “He hecho un pastel para ti” en 2013; “La huida era parte del juego” en 2015; y “Amor en una sola frase” en 2016.

En la actualidad Mario Levi vive en el barrio denominado Moda, en la orilla asiática de Estambul, en un apartamento lleno de alfombras con arte moderno por todos lados y con mobiliario en madera oscura, como un auténtico aristócrata de Estambul. Es profesor en la Universidad Yeditepe, donde enseña Escritura Creativa.


MAG/20.06.2017

lunes, 12 de junio de 2017

Philip Roth







Philip Milton Roth nació el 19 de marzo de 1933 en Newark (New Jersey). Sus abuelos, judíos, habían llegado de la región de Galitzia (entre Ucrania y Polonia) a finales del XIX. Los padres de Philip nacieron en Nueva Jersey y se consideraron "americanos desde el primer día”. La familia no era especialmente religiosa, solo acudían a la sinagoga en un par de fechas señaladas (Rosh Hashaná y Yom Kipur). Philip tuvo una infancia feliz, haciendo sus deberes, oyendo la radio y jugando al béisbol. 

A los 16 años ingresó en la Universidad de Bucknell donde se graduó en Literatura Inglesa. Inició estudios de doctorado en Filosofía, que no completó. Se incorporó al Ejército durante dos años y tras su licenciamiento en 1959, publicó su primera obra, Goodbye, Columbus (“Adiós, Colón”), un libro de relatos sobre la vida de los judíos en Estados Unidos, que recibiría el National Book Award (Premio Nacional del Libro) al año siguiente. Escribió también cuentos, críticas y reseñas cinematográficas para The New Republic. En 1962 publica su primera novela Letting go (“Huida”), en la que relata la agonía de un joven catedrático judío que se debate entre la razón y los sentimientos. 

Roth cursó un postgrado de Literatura Inglesa en la universidad de Chicago y, tras una corta experiencia como profesor de redacción en esta universidad, se dedicó a enseñar escritura creativa en las universidades de Iowa y Princeton después. Posteriormente continuó ejerciendo como profesor en la Universidad de Pennsylvania donde enseñó Literatura Comparada hasta que se retiró definitivamente de la docencia en 1992. 

Fue en Chicago donde Philip Roth conoció a Margaret Martinson, quien sería su esposa hasta 1963, año en que se divorciaron. Ella falleció en accidente de automóvil en 1968, y quizás esta circunstancia dejó en Roth una huella imborrable de su fallido matrimonio, como se aprecia en los personajes de Maureen Tarnopol en My life as a man “Mi vida como hombre” y de Mary Jane Reed en Portnoy’s Complaint (“El mal de Portnoy”).

En 1964, Philip Roth conoció a Jacqueline Kennedy en una fiesta en Nueva York. Se volvieron a ver dos o tres veces más.

En 1967 publica When She Was Good (“Cuando ella era buena”), que se desarrolla en un entorno ajeno a lo judío, obteniendo escaso eco. Dos años tarde Roth encontró el éxito, tanto en ventas como en crítica, con su tercera novela, Portnoy's Complaint, un audaz retrato satírico, escrito en forma de autobiografía, en el que un varón contemporáneo judío enfrentado con su madre dominante, relata su vida sexual a través de su monólogo desde el diván de su psiquiatra.

La obra de Roth se caracteriza por analizar con fino humor las desesperanzas y fantasías de los judíos estadounidenses aunque también pinta de una manera sarcástica a la clase media en general. Durante la década de 1970, Roth experimentó con varios estilos, desde la sátira política en  Our Gang (“Nuestra pandilla") hasta la fantasía kafkiana The Breast (“El pecho”). My life as a man (“Mi vida como hombre”), publicada en 1975, marca un retorno a temas más introspectivos. Para el final de la década, Roth creó un alter ego llamado Nathan Zuckerman, quien sería el protagonista de las novelas The Ghost Writer (“El escritor fantasma”), Zuckerman, The Counterlife (“Contravida”) y The Human Stain (“La mancha humana”).

Roth cuenta que se enamoró de la actriz inglesa Claire Bloom viendo Candilejas de Chaplin en un cine de Newark en 1952. Empezaron a salir en 1975 y no se casaron hasta 1990. Se separaron en 1994 y en 1996 ella publicó unas memorias de ese matrimonio, poco halagadoras para Roth, tituladas Leaving a Doll's House (“Abandonando una casa de muñecas”).

Uno de los periodos más fructíferos en la carrera literaria de Roth comenzó con Operation Shylock (“Operación Shylock”) y siguió con Sabbath’s Theater (“El teatro de Sabbath”) (1995), donde presentó a su protagonista más decadente en la forma de un viejo titiritero. Este personaje está en completo contraste con su novela American Pastoral (“Pastoral americana”), Premio Pulitzer 1997, que se enfoca en la vida de un atleta y de la tragedia que le abruma cuando su hija se convierte en terrorista. En I Married a Communist (“Me casé con un comunista”) (1998) la trama se centra en la era de McCarthy. Roth examina la situación política estadounidense de la década de 1990 en The Human Stain (“La mancha humana”), libro del año 2001 concedido por WH Smith Literary de Londres. 

A los 70 años, el autor pidió en matrimonio a la veinteañera que le inspiró 'Animal moribundo’, Mia Farrow, presentada en la novela como buena amiga y vecina, cuando en realidad tuvo con Roth un ‘affaire’, que a decir de algunos propició la venganza de Woody Allen en su película ‘Desmontando a Harry’, retrato cruel de un famoso escritor judío bien conocido por sus aventuras sexuales y el odio hacia su raza.

A principios de 2006, Sam Tanenhaus, director de The New York Times Review envió una "breve carta en la que pedía a un par de cientos de escritores, críticos, editores y otros estudiosos de la literatura, que por favor identificaran a 'la mejor obra de ficción estadounidense publicada en los últimos 25 años.'" De los 22 libros citados por más de cien de jueces —entre los que figuraban Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, 6 novelas eran de Roth: Pastoral americana, La contravida, Operación Shylock, El teatro de Sabbath, La mancha humana y The Plot Against America (“La conjura contra América”). Los resultados se publicaron el 21 de mayo de ese año y, en el ensayo que los acompañaba, el crítico A. O. Scott, decía: "Si hubiéramos buscado al mejor escritor de los últimos 25 años, Roth hubiera ganado”. 

La carrera de Roth es una de las más brillantes de la literatura contemporánea americana, con decenas de premios a sus espaldas, como el PEN, el Pulitzer, el WH Smith o el Medici, y es uno de los pocos capaces de aunar la opinión destacada y casi unánime de los críticos con el favor del público. Es el único escritor estadounidense vivo que toda su obra ha sido publicada en una edición completa por la Library of America. 

En 2012 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Meses después de anunciados los ganadores de este importante galardón español y antes de la ceremonia de entrega —a la que se excusó de asistir debido a una reciente operación en la columna —, Roth declaró en octubre a la revista francesa Les Inrockuptibles que dejaba de escribir y que Némesis sería su "último libro”. Lori Glazer —vicepresidenta de Hougton Mifflin, la editorial que publica las obras de Roth—, confirmó el 9 de noviembre la decisión del escritor. 

Aunque se decía que Roth era el ser humano al que más le fastidiaba no haber ganado el Nobel, en la actualidad está en paz consigo mismo, divertido y paródico, aceptando lo más difícil: que es posible vivir, y vivir bien, sin necesidad de abordar una nueva novela.



MAG/13.06.2017

domingo, 4 de junio de 2017

Nelly Sachs




Leone Sachs, a quien desde muy pequeña la llamaron Nelly, nació en el elegante barrio berlinés de Tiergarten-viertel el 10 de diciembre de 1891, en el seno de una familia de judíos alemanes. Su padre, William Sachs, era un acaudalado industrial amante de la música. Debido a su estado de salud, Nelly fue educada en su domicilio por instructores privados. La literatura, la música y la danza eran sus materias preferidas. De niña acarició la idea de ser bailarina hasta que en la adolescencia, y ya en una escuela superior de niñas,  se decantó por la poesía. 

A los diecisiete años publicó poemas en las que mostraba singulares dotes literarias. Eran los tiempos anteriores al advenimiento del nazismo, y en sus poemas iniciales de los años veinte, aun prevalecían las influencias de la poesía cristiana medieval emparentadas con el romanticismo alemán. Luego leyó a Stefan Zweig y a Leo Hirsch. Tras el ascenso nazi en Alemania, Nelly Sachs redescubre las raíces de la herencia literaria judía a través del Zóhar (el libro básico de la Cábala, interpretación mística de la Torá), el jasidismo, la Biblia y la mística de Jakob Böhme.

Desde muy joven entró en contacto con la escritora sueca Selma Lagerlöf, a quien dedicó su primera obra, Leyendas y relatos (1921).

En 1940, a punto de ser ingresada en un campo de concentración, escapó a Suecia gracias a la intervención de Selma Lagerlöf que  intercedió ante el príncipe Eugenio de Suecia y consiguió visados para Nelly y su anciana madre, que llegaron a Estocolmo en junio de 1940, unos meses más tarde del fallecimiento de Selma.

Nelly fijó su residencia en un barrio con mayoría de obreros y empleados, situado junto al lago Mälaren, en el sur de Estocolmo. Trabajó inicialmente en una lavandería y, tras estudiar el idioma sueco, comenzó a traducir al alemán las poesías y obras líricas en aquella lengua. Al mismo tiempo no descuidó su propia obra: siguió escribiendo y publicando en idioma alemán. Casi toda su familia fue exterminada por el hitlerismo y en 1957 falleció su madre. 

En 1942 publica Vivir bajo amenaza, donde describe la persecución, la búsqueda de una patria, la fuga, y se reflejan los últimos siete años (1933-1940) que pasó en la Alemania nazi. En 1947 publica la antología Olga y granito y En las moradas de la muerte, la primera obra, dedicada a sus "hermanos y hermanas" desaparecidos en los campos de exterminio nazis, con la que logra Nelly Sachs un inmediato reconocimiento. En esta obra ya se percibe el sentido de la existencia judía que arranca en ella desde el originario fondo religioso. Con un lenguaje de sobrio despojamiento, que recoge ecos de los libros proféticos y los Salmos del Antiguo Testamento, evoca en él los padecimientos del pueblo judío a través de un complejo entramado de símbolos que alcanza particular intensidad en la Plegarias por el novio muerto.

La temática de la persecución y la fuga vertebra sus poemarios Eclipse estelar, dedicada a la memoria de su padre, aparecida en 1949, Y nadie sabe más (1957) y Huida y metamorfosis (1959), que serían recogidos en el volumen Más allá del polvo (1961).

En 1950 publica Abraham en Sal, Juego para palabra, mímica y música. La obra de Nelly Sachs que más repercusión ha tenido es, sin duda, Eli, un Misterio sobre la Pasión de Israel, publicada originalmente en 1951. El destino de Israel, al igual que en las obras líricas, se convierte en símbolo de la existencia humana. Es precisamente el eje central de la obra. El desgarrador grito de dolor adquiriría los contornos de la religiosidad en forma de poesía. Tal como en todo el resto de su producción, no necesitó de amenazas ni de venganzas. Muchas veces se encargó ella misma de aclarar que su personaje, "Eli", expresaba al herido antes que al vengador. Esta obra se interpretó incluso por radio, donde se la pudo oír como ópera y con música de Moisés Pergament. Más tarde, en 1962, se lleva a cabo la escenificación de Eli, un Misterio sobre la Pasión de Israel como ópera. Se escucha en ella el angustiante sonido de la flauta de un niño pastor -Eli de ocho años de edad- cuando sus padres son capturados - y luego asesinados- por un soldado de la Alemania nazi, en Polonia. El son de su flauta se hace agudo y conmueve vivamente en el momento del asesinato de los padres. Mijael, un zapatero remendón, seguirá luego los rastros del criminal hasta encontrarlo en una aldea vecina. Atormentado y lleno de remordimientos, el soldado asesino cae rendido a los pies del zapatero. En la pieza se intercalan, asimismo, temas de la leyenda judía de los Lamed vav Tzadikím ("Los 36 Justos Ocultos”). 

En Eli, un Misterio sobre la Pasión de Israel oímos en la voz de la lavandera:
"...Lo traigo para ti, Samuel, 
lo llevo por atajos, para la noche, 
donde los murciélagos hojean en el aire, 
como yo hojearía en la Biblia, 
para buscar la elegía; allí sale humo, 
allí arde y caen piedras. 
Te traigo la camisa de tu nieto
la camisa de Eli...".

Resuena luego la desgarradora voz del hombre que desafía su muerte:

"... Donde esta el orden, el orden mundial...
Estoy en la vida, 
no estoy muerto...
no estoy colgado...
ni quemado...
ni echado en la tierra vivo... -rugiendo-.

Es un error, un error, 
me rompo, me rompo...
Soy un tronco...
estoy en la arena
que era mi carne...".

Walter Jakob, quien preparaba la primera escenificación de este drama, recibió una nota de Nelly Sachs que, con fecha 9 de febrero de 1962, le advertía: 
"... Parece que se ha malentendido a Eli, comprendiéndolo como un vengador... Él es más bien la silenciosa, nada dramática figura legendaria, que se desliza a través de todo este misterio sufriéndolo todo…".

Luego de que Eli, un Misterio sobre la Pasión de Israel Eli  fuese interpretado en la ópera y en la radio, afirmó Nelly Sachs que cuando ella escribió dicha pieza, estaba "... bajo la reciente impresión de la espantosa experiencia del periodo de Hitler... cuando el humo era trocado en fuego…". Diversos críticos han señalado que el sustantivo "Misterio" -que aquí subtitula la obra - aparece reiteradamente en Nelly Sachs. Y que no se refiere a ritos ni leyendas, sino que lo que la autora persigue es la creación del lenguaje, como único misterio del universo. Fue así como, enfrentada con la insuficiencia del lenguaje poético, intentó un abordaje más amplio a través de la escenificación. Las imágenes, las sombras, la mímica y las palabras, contemplaban en el escenario los huecos de la poesía. Ella intentó siempre que las palabras recuperasen su santidad; y por eso dio batalla en el universo de las letras.

En 1952 Nelly Sachs renuncia a la ciudadanía alemana y adopta la nacionalidad sueca.

En la primavera de 1954 se inicia la correspondencia entre Nelly Sachs y Paul Celan que se extiende a lo largo de casi dieciseis años, hasta finales de 1969. Poetas y exiliados, ambos se vieron obligados a vivir y escribir fuera del ámbito cultural y geográfico de la lengua alemana. Los dos llevaron existencias atormentadas y experimentaron la suerte de su salvación como una culpa. Sus cartas, acompañadas en ocasiones de las primeras versiones de algunos de sus poemas, albergan la amistad de estos dos seres humanos hermanados por la experiencia del sufrimiento y permiten acceder a su actividad creadora.

En 1957 publica También el Sol es apátrida, Elegías a la muerte de mi madre y Nadie sabe más. En ese año la Asociación de Líricos Suecos la distingue con su Premio de Literatura. En 1959 publica Huida y transformación y en 1960 Sansón cae a través de milenios, ópera transmitida por la Radio alemana del Sudoeste. En 1961 publica Viaje adonde no hay polvo, con una omnipresente demanda de la muerte, aunque puede la vida festejar su triunfo; en 1964 se edita una compilación de sus poesías, titulada Poesías Tardías

Ante la duda de Primo Levi acerca de la posibilidad de que siga existiendo la poesía después del horror de Auschwitz; y en contra de la opinión de Theodor W. Adorno, quien responde negativamente a ese interrogante, la obra de Nelly Sachs es un rotundo mentís. Ella no solo supo hallar las palabras y las imágenes para semejante horror. En su poesía confirió a la mística judía su más alto sentido redentor y enlazó las más violentas figuraciones del martirio con la más elevada espiritualidad de la literatura judía. La obra literaria de Nelly Sachs es la más grande afirmación de que los verdugos de Auschwitz y demás campos de exterminio, mataron a millones de judíos pero nada pudieron contra el espíritu y la sensibilidad del pueblo hebreo. 

Nelly Sachs intenta comprender y brindar soporte tanto a víctimas como a verdugos. Ella ve la amenaza del mal como un absoluto, que no afecta solo a las víctimas aunque en ellas se encarne. Leemos entre otros versos, los que siguen:
 "...¡Oh, manos! ¿Qué hacíais cuando érais manos de niños pequeños?…
-manos estranguladoras ¿había muerto vuestra madre, vuestra esposa, vuestro hijo?... ¿solo podíais sostener la muerte en las manos, en las manos estranguladoras?
- ¡Oh ladrones de legítimas horas de muerte!, de los últimos suspiros, ladrones de párpados: «buenas noches» ¡Oh las chimeneas sobre las moradas de la muerte!, in-geniosamente ideadas, cuando el cuerpo de Israel se iba, deshecho en humo, por el aire... ¡oh, las chimeneas! ...caminos de libertad para el polvo de Jeremías y Job...".
Y también leemos la congoja de quienes deben llorar a sus muertos. Nos lo dice en estas estrofas:
 "... A vosotros, que construís la nueva casa: Cuando eleves de nuevo tus paredes... tu hogar, lugar de reposo, mesa y silla... no cuelgues en él tus lagrimas, que han muerto, que ya no vivirán más contigo en la piedra, ni en la madera,... sino llorar dentro de tu sueño, el breve sueño que todavía debes hacer...". 

La literatura de Nelly Sachs tendrá como motivo exclusivo el sufrimiento de sus hermanos y la redención de un destino judío. Fue por eso llamada "la poetisa del destino judío". La Shoá no solo modificó su vida, también inspiró su arte. Llego a afirmar que "...si no hubiera podido escribir (acerca de la Shoá)... no habría podido sobrevivir...". Y que: "...la muerte fue mi maestra... mis metáforas son mis sonidos…”.

Sus poemas, tan ricos en imágenes, no se abren sino lentamente al lector; recargados, como se ha señalado, de pensamientos y visiones que no vuelven la mirada sobre aquella otra gran poetisa judía que fue Else Lasker Schüler. La poesía de Nelly Sachs nos mostró a una mujer creadora aún frente al dolor, la muerte, la ruina.

Dijo de ella el crítico alemán Kurt Pinthus que "... parece que el grito de dolor por el más inhumano asesinato en masa de toda la historia de la humanidad, alcanza en muchos de sus himnos la definitiva altura de lo poético...". "Fue una pródiga autora, su generosidad temática no conoció fronteras. Compuso desde canciones bíblicas hasta piezas de marionetas, recorriendo los más diversos senderos del arte literario”. Por su parte Charlotte Schiffler afirmó que "si los jóvenes quisieran deshacerse del peso histórico y no hablar ya más de culpa, la poesía de Nelly Sachs les saldría al encuentro. Y vale también recordar lo que de los libros de Nelly Sachs dijera el crítico Georg Ludwig Jost: "...no es en la biblioteca donde se han de poner los volúmenes de su obra... antes bien hay que llevarlos dentro del equipo para la tempestad ...allí donde van las cosas esenciales...".

Acerca de su teatro dramático, Nelly Sachs dijo que "...En él intento la realización de un teatro de la palabra, de la mímica y de la música... un teatro del futuro, en el que, como en los antiguos misterios, el hombre entero se ha de expresar, incorporando también mímicamente el cuerpo a esta expresión…”.

La literatura de Nelly Sachs ha llevado a los sitiales más altos los contenidos judaicos de la poesía y la literatura, así como la más bella prosa en idioma alemán. 

Nelly Sachs no quiso volver a vivir en Alemania, pese a las distinciones que le otorgó la República Federal Alemana. En los primeros años de postguerra, fue incorporada como Miembro de la Academia Libre de Artes de Hamburgo, la Distinción de Honor de la Asociación Federal de la Industria Alemana en 1959, un año más tarde le otorgan en Meesburg el Premio Droste. En 1961 gana el Premio de la Ciudad de Dortmund (que a partir de 1962 recibe el nombre de "Premio Nelly Sachs”) y en 1965 la Industria Editorial Alemana le concede en Frankfurt el Premio de la Paz.

El 20 de octubre de 1966 comparte el Nobel de Literatura con Shmuel Iosef Agnón. Es la sexta mujer en la historia de los Premios Nobel y la primera judía que gana el Premio Nobel y en representación de Suecia. Entre los considerandos, las autoridades de la Academia Sueca expresaron que "... con intenso y emotivo sentimiento, Nelly Sachs hizo oír al ancho mundo la voz del Pueblo Judío tras la terrible tragedia que lo afectó... ella ha expresado sus líricos lamentos con dolorosa belleza y en dramáticas leyendas ... su simbólico lenguaje corporal combina un inspirado idioma moderno con el retorno a la antigua poética bíblica... identificada plenamente con el misticismo ritual de su pueblo. La señora Sachs ha creado un mundo de imágenes que no esquiva la terrible realidad de los campos de exterminio ni la industrialización de cadáveres, pero al mismo tiempo eleva a los perseguidores, al revelar el genuino duelo de los hombres que se han deshonrado…".

Nelly Sachs, al compartir el Premio con el escritor israelí Shmuel Iosef Agnón, recordó ante las autoridades del Nobel el común origen con un escritor judío que representa al nuevo Estado de Israel, aunque señalando que: "... Agnón representa al Estado de Israel…, yo represento la tragedia sufrida por el Pueblo Judío…”. 

El 12 de mayo de 1978 la delgada figura, su alta y tierna voz, los amables movimientos de sus manos y esa especial sensibilidad para contactarse con todos los que la rodearon, se marcharon de este mundo. Nelly Sachs tenía 78 años de edad. Ese año fallece también Shmuel Iosef Agnón.

MAG/04.06.2017