viernes, 24 de febrero de 2017

Vasili Grossman





Vasili Semiónovich Grossman (Василий Семёнович Гроссман) nació el 12 de diciembre de 1905 en Berdýchiv (Imperio ruso, actualmente Ucrania). Su nombre original era Iósif Solomónovich Grossman. Pertenecía una familia de comerciantes judíos de cultura rusa. Su padre era ingeniero químico y su madre profesora de francés. De 1910 a 1912 la familia reside en Ginebra, donde Vasili recibe su primera enseñanza. El matrimonio se separa y madre e hijo regresan a Berdýchiv, alojándose en la casa sus tíos, Anjuta y David Šerencis, célebre médico y filántropo de la ciudad. En 1914 Vasili y su madre se trasladan a Kiev, donde el niño es matriculado en el Liceo Moderno. Cuatro años después vuelven a Berdýchiv, donde el joven Vasili estudia y complementa, con trabajos esporádicos, los ingresos de su madre como profesora.

Entre 1920 y 1922 la guerra civil provoca grandes daños y hambruna en Rusia, sentida particularmente en Ucrania. Se desencadenan intensos pogromos contra las comunidades judías.

De 1921 a 1923 Vasili Grossman estudia en la Escuela Superior de Educación Nacional de Kiev. Por un tiempo David Šerencis corre con los gastos y, cuando deja de hacerlo, la madre de Vasili recurre al padre, quien aloja en su casa a Vasili y se hace cargo de los estudios de su hijo hasta que completa la enseñanza secundaria.

A los 18 años de edad, Vasili Grossman se matricula en la facultad de Física y Matemáticas de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú, asistiendo a las clases de Química. Vive del escaso dinero que su padre le envía mensualmente. De 1924 a 1929 frecuenta la Universidad sin mostrar especial interés por la Química ni por las Ciencias en general. Se empieza a interesar por la literatura y los temas sociales, influido por su prima, Nadia Almaz, cinco años mayor que él, miembro del Partido Comunista y asistente personal de Solomon Lozovskij, jeje del Profintern (Internacional Sindical Roja).

En las vacaciones de fin de año de 1928, que pasa en Kiev, se encuentra con una antigua compañera del Liceo, Anna Pëtrovna Macuk (Galia), con quien se casaría unos meses más tarde, aunque ella continua sus estudios y trabajo en Kiev y él regresa a Moscú hasta terminar la universidad. En mayo y junio de este año Grossman participa en una misión de jóvenes activistas a Uzbekistán. A su regreso, el 7 de julio de 1928, escribe su primer artículo en Naša gazeta  sobre la colectivización de una fábrica uzbeka. Ocho días más tarde le publican un artículo en Pravda.

En 1929 firma un contrato con el semanario Ogónek para la publicación de un ensayo en el que defiende la contribución de la comunidad judía a la victoria comunista en nombre de la ‘fraternidad universal’ y trata de disipar la idea de que los ricos especuladores judíos solo se interesan por sus negocios. Durante el verano cumple la formación obligatoria para los estudiantes universitarios trabajando en una fábrica de jabón. Finalmente consigue su licenciatura en diciembre de 1929.

En enero de 1930 nace su hija Ekaterina Vasilievna que pronto es enviada a Berdýchiv junto a su abuela, con quien crecerá y la educará.

Gracias a las gestiones de su padre, Vasili Grossman es contratado por el Instituto de Patología y de la Salud de los Laboratorios de Stalino (actualmente Donetsk) en la cuenca del Donets. Su mujer Galia permanece en Kiev.

En 1932 le diagnostican una tuberculosis incipiente y es enviado al sanatorio de Sujumi en Georgia. Poco después se comprueba que el diagnóstico estaba equivocado y Grossman aprovecha la oportunidad para regresar a Moscú. Se divorcia de Galja y se aloja en la casa de su prima Nadia, que le consigue un puesto como químico en la fábrica de lápices ‘Sacco & Vanzetti', así nombrada por los emigrantes italianos anarquistas ajusticiados en la silla eléctrica en Massachusetts.

Vasili Grossman escribe a Máximo Gorki, el escritor identificado con el movimiento revolucionario soviético, enviándole algunos escritos, entre ellos, su novela Gljukauf, que relata la vida de los mineros en la cuenca del Donest. Gorki le recomienda revisar el texto procurando una mayor adhesión al realismo socialista. El 28 de marzo de 1933 la policía secreta OGPU (Directorio Político Unificado del Estado) arresta a su prima Nadia Almaz acusada de trotskista y Grossman es interrogado. Nadia es expulsada del Partido Comunista y exiliada durante tres años a la ciudad de Astracán. Cumplida esta condena es trasladada al campo de trabajos forzados de Vorkuta-Pečersk, 50 km al norte del Círculo Polar Ártico, donde permanece otros tres años para su ‘reeducación’. Grossman reescribe su novela Gljukauf, autorizándose la publicación de esta nueva versión en 1934. La revista Literaturnaja Gazeta publica un relato, titulado ‘En la ciudad de Berdýchiv’, ambientado en su ciudad natal durante la guerra civil, y que es muy recibido por los lectores. Vasili Grossman se consagra como escritor y Gorki lo invita a su casa el 5 de mayo de 1934. Por indicación de éste, su novela Gljukauf  se publica en el almanaque God XVI y el nombre de Grossman figura en el volumen de Personajes del Segundo Plan Quinquenal. Entra así en la élite literaria soviética gozando de reconocimiento y favores. De 1934 a 1936 publica dos libros de relatos Sčast’e (“Felicidad”) y Četyre dnja (“Cuatro días”).

En el verano de 1935 Vasili Grossman se une sentimentalmente a Olga Michailovna Guber, cinco años mayor que él, casada  y con dos hijos. En octubre ella abandona al marido, Boris Guber, quien se queda con los hijos, y comienza a vivir con Grossman. Olga se divorcia y el 28 de mayo de 1936 formaliza el matrimonio con Grossman. En 1937 Boris Guber es arrestado y fusilado. Grossman es nombrado miembro de la Unión de los Escritores Soviéticos. Firma una carta conjunta de condena contra el llamado complot de Bujarín, que se publicó el 15 de junio en la  Literaturnaja gazeta.

El 17 de febrero de 1938 Olga Michajlovna es arrestada como ex-mujer de Guber. Grossman decide adoptar a los dos hijos de ella, para que evitar que sean enviados a los campos especiales para los hijos de los ‘enemigos del pueblo’. Grossman se somete a los interrogatorios de la NKVD para convencer a los funcionarios del status de su mujer y de la desvinculación de ella del primer marido. Escribió una carta a Nikolái Yezhov, director de la Policía secreta soviética, y Olga Michailovna es liberada. En esta década de 1930, conocida como ezhóvschina, ocurrieron los Grandes Purgas desencadenadas por Stalin en las que fueron arrestados y condenados muchos de los amigos de Grossman, entre ellos su tío político David Šerencis.

De 1937 a 1940 Grossman se dedica a su primera gran novela épica Stepan Koltchugin que apareció publicada por capítulos a lo largo de estos años y que no llegó a terminar.

El 12 de junio de 1941 la Alemania nazi invade la Unión Soviética y se desencadena la llamada 'Gran Guerra Patriótica’. Grossman se presenta voluntario, pero dada su posición social y su profesión, le nombran Corresponsal Especial de guerra para el diario del Ejército Rojo Krasnaja Zvezda (“Estrella Roja”). Su superior y editor-jefe es el general David Ortenberg. El 5 de agosto Grossman es enviado al frente central. Olga Michailovna y sus hijos son evacuados a la localidad tártara de Chístopol, junto con otros familiares de los miembros de la Unión de los Escritores Soviéticos, como Borís Pasternak, Anna Ajmátova o Marina Tsvetáyeva. La madre de Vasili Grossman permanece en Berdýchiv, mientras que su hija Katerina, huyendo de la persecución nazi, regresa a casa de su madre Galia que se había vuelto a casar. El 7 de julio cae Berdýchiv en manos de las tropas alemanas y los días 14 y 15 de septiembre las SS asesinan a 20000 judíos, entre ellos a Katerina Vasilevna.

Grossman recibe su bautismo de fuego en Brjansk, una de las primeras ciudades tomadas por la Wehrmacht, después asiste a la caída de Oriol y es testigo de la derrota del Ejército Rojo en el primer año de la guerra. Estuvo con el 50º Ejército, que mandaba un general que había estado en la Guerra Civil española: "Petrov grita palabras españolas que suenan fuera de lugar aquí, bajo este cielo de otoño, sobre este suelo húmedo", anotó en sus cuadernos.

Los reportajes enviados por Grossman en 1942 son muy apreciados y el general Ortenberg le concede un permiso para terminar la novela corta Narod bessmerten (“El  pueblo es inmortal”), transposición literaria de sus experiencias bélicas. La novela se publica en los meses de julio y agosto en Krasnaja Zvezda con gran éxito. Terminado el permiso, Grossman es destinado al frente sur-occidental llegando a Stalingrado a finales de agosto, en plena ofensiva alemana al mando del mariscal de campo Friedrich Paulus. 

En octubre Grossman solicita y obtiene autorización para cruzar el Volga, uniéndose a los soldados de primera línea, a diferencia de la mayoría de los corresponsales y de los comisarios del partido que se quedan en la segura orilla este. Es entonces cuando Grossman se convierte en escritor de fama nacional. Sus artículos se leen en todas partes al describir con profundidad el heroísmo de  los soldados del Ejército Rojo, considerado él como uno de ellos. Desde los cuarteles generales hasta la última trinchera, Grossman se puede mover libremente obteniendo así material de primera mano que ningún otro corresponsal puede lograr.

Entretanto en Chístopol un proyectil atraviesa la puerta del centro de reclutamiento y mata al hijo mayor de Olga Michailovna.

A principios de 1943 Grossman abandona Stalingrado siendo sustituido por el corresponsal Konstantin Simonov. El mariscal de campo Friedich Paulus firma la rendición el 31 de enero. A Grossman lo destinan al Primer Frente Ucraniano y el 4 de julio asiste a la encarnizada batalla de tanques cerca de Kursk. A medida que avanzan hacia Berdýchiv, Grossman se da cuenta del exterminio de los judíos por parte de los nazis. A finales de año entra en Kiev, donde Ilyá Ehrenburg lo invita a participar en la Comisión literaria del Comité antifascista judío. Grossman comienza a participar activamente en la redacción del Čërnaja Kniga (“Libro negro”), un conjunto de ensayos para documentar la masacre que los nazis infringieron a los judíos en el territorio soviético. 

En enero de 1944 Grossman llega a Berdýchiv donde descubre las fosas comunes en las que debe encontrarse el cuerpo de su madre. Es entonces cuando emergerá su condición de judío como problema y como tarea. Esta labor de investigación sobre la masacre de Berdýchiv confluirá en el “Libro Negro”.

En agosto del mismo año entra con las tropas del Ejército Rojo en Treblinka. El campo de exterminio había sido destruido tras una revuelta de los internos. Grossman despliega una labor de indagación muy precisa, que cristaliza en el ensayo Treblinskij ad (“El infierno de Treblinka”) publicado en Znamja en noviembre de 1944. Esta información fue utilizada por el Fiscal General soviético en el juicio de Nürenberg.

Acompañando al Ejército Rojo, Grossman entra en Varsovia y, atravesando Alemania, el 26 de abril de 1945 llega a Berlín, donde lo destinan al Cuartel General del General Berzarin. A principios de junio regresa a Moscú, retirándose a descansar para recuperarse del agotamiento provocado por la continua tensión de la guerra. En agosto deja Krasnaja Zvezda y se vuelca en el proyecto del “Libro Negro”, cuyas galeradas serían secuestradas por las autoridades soviéticas en 1947. Finalmente pudo publicarse en el extranjero.

En 1946 se publica en Moscú, con el título Gody Voiny (“Años de guerra”), una colección de artículos y anécdotas, escritos por Grossman entre 1941 y 1945. En julio aparece en Znamja el texto teatral de Esli verit' pifagorejcam (“Si tuviéramos que creer a los pitagóricos”). 

El 14 de agosto de 1946 se publica el decreto del Comité Central que lanza la campaña contra el cosmopolitismo, excusa con la que son perseguidos los judíos en la Unión Soviética hasta la muerte de Stalin.

En septiembre la prensa acusa a Grossman de errores ideológicos en su obra “Si tuviéramos que creer a los pitagóricos”.

En enero de 1948 es asesinado el presidente del Comité Antifascista Judío, Solomon Michoels. Se disuelve el Comité y sus miembros son detenidos bajo la acusación de alta traición y nacionalismo judío.

De 1946 a 1949 trabaja en exclusiva en la redacción de la novela sobre Stalingrado, que quiere titular así. Lo entrega a la revista Novyj mir para su publicación, pero no tiene la autorización necesaria hasta 1952, tras la incorporación de innumerables modificaciones requeridas por el Partido Comunista y la propia Unión de Escritores Soviéticos. Aparece en cuatro números consecutivos en la revista Novyj mir, pero con el título cambiado Za pravoe delo (“Por una causa justa”) utilizando una expresión célebre de Molotov. El libro tiene un gran éxito y es propuesto para el Premio Stalin por la Unión de Escritores Soviéticos.

En 1953 Grossman comienza a ser atacado por su condición de judío. Las acusaciones tienen carácter político y la situación se vuelve tensa. La redacción de Novyj mir declara públicamente haberse equivocado con la publicación de "Por una causa justa".

Sin embargo, tras la muerte de Stalin, se publica como libro “Por una causa justa”. Tanto el público como la crítica lo elogian. Y el libro es reeditado varias veces. De nuevo vuelve para Grossman un período de tranquilidad. Se publican sus antologías y colecciones de relatos de los años ’30 y ’40 y se reedita su novela épica Stepan Koltchugin. 

En 1955 Grossman es condecorado con la prestigiosa ‘Bandera del Trabajo”.

Un año más tarde publica Vsë tečët (“Todo fluye”), donde relata el retorno de un detenido del Gulag a la vida cotidiana.

De 1955 a 1960 Grossman se dedica íntegramente a la redacción de Žizn’ i sud’ba (“Vida y Destino”), continuación de “Por una causa justa”, con un estilo más abierto reflejo del proceso de 'desestalinización' impulsado por Nikita Jruschov. Se atreve a describir en forma artística todas sus experiencias y lleva hasta sus últimas consecuencias las reflexiones sobre la sociedad soviética.

A mediados de los años 50 Grossman entabla una relación sentimental con la mujer del escritor Nikolaj Zabolockj, Ekaterina Vasilevna Zabolockaja, con quien durante un tiempo compartirá un apartamento en la Lomonosovskij Prospekt. En 1958 Grossman vuelve con su mujer Olga Michailovna.

En 1960 Grossman se decide a publicar “Vida y Destino” pero no en Novyj Mir, por el desplante que su redacción le hizo en 1953, sino en la revista Znamja. La decisión final para su publicación la debe adoptar el Comité de Redacción, y en su sesión del 19 de diciembre, a la que Grossman no asistió, fue denegada por graves errores políticos. El 5 de enero de 1961 Grossman recibe un escrito de la redacción de la revista en que le comunican que “Vida y Destino” no puede imprimirse por motivos ideológico-políticos. Grossman responde en una carta manifestando su amargura. El 14 de febrero tres oficiales de la KGB rebuscan en su apartamento y secuestran todo lo relacionado con “Vida y Destino”. Grossman es llevado a Comisaría pero pronto es dejado en libertad. Su carrera literaria queda terminada bruscamente.

Consigue publicar algunos relatos en Novyj Mir: “La calle”, “Algunos días tristes”, “Moskva”, “La vieja y el joven”. En noviembre parte para Armenia con un contrato para revisar la traducción rusa de una novela armenia. Dos meses más tarde regresa a Moscú. Escribe los apuntes del viaje que quería titular “Apuntes de viaje de un hombre viejo” aunque se publicarán póstumamente como Dobro vam! (“El bien sea contigo”).

El 23 de febrero de 1962 dirige un escrito al Secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética, Nikita Jrischov, para que le fuera devuelto su manuscrito. En respuesta, le recibe en su despacho Michail Suslov, miembro del Presidium del Sóviet Supremo e ideólogo principal del Partido, que le niega definitivamente la publicación. 

Grossman se dedica entonces a completar el manuscrito de “Todo fluye” añadiendo a la redacción principal muchas páginas llenas de precisas y amargas reflexiones históricas y políticas sobre la sociedad soviética, sobre Lenin, sobre Stalin y sobre la hambruna de Ucrania en los años ´30. 

En 1963 sufre continuos dolores, le extraen un riñón y le diagnostican un tumor. En el verano del siguiente año lo trasladan al Hospital Pervogradskaja en la Leninskij Prospekt. Pide ser enterrado en el cementerio judío de Vostrjakovo. El 14 de septiembre de 1964 fallece de cáncer de estómago, acompañado por Olga Michailovna. Tampoco es respetada su última voluntad pues sus cenizas fueron depositadas en el cementerio de Troekurovskoe, filial del cementerio Novodeviče.

Como muchos textos gestados en la Rusia soviética, “El libro negro” de Vasili Grossman arrastra tras de sí una historia penosa y delirante. Destinado a recoger los atroces crímenes en masa perpetrados por los fascistas alemanes contra los judíos, nunca vería la luz en la Rusia de Stalin. De hecho, no llegó íntegramente a las librerías rusas hasta 1993. La idea, acopiar material que brindase evidencias documentales de lo que más tarde se llamaría el Holocausto, contó al principio con el beneplácito de las autoridades soviéticas. Una vez ganada la guerra, sin embargo, esa actitud cambió radicalmente: se borró de un plumazo la solidaridad internacional para con los judíos y la histeria antisemita reapareció en Rusia. Tampoco jugó a favor el incipiente clima de la guerra fría.

Ilyá Ehrenburg dice: "A finales de 1943, junto con V. Grossman, empecé a trabajar en una compilación de documentos... Decidimos reunir diarios, cartas personales, relatos de víctimas supervivientes o de testigos oculares de la aniquilación de los judíos cometida por los nazis en los territorios ocupados". Y así lo hicieron. Al frente de este ambicioso proyecto concebido por Albert Einstein, en el que colaboraron más de cuarenta periodistas sobre todo entre 1944 y 1946, estuvieron dos personalidades tan contrapuestas como Ehrenburg y Grossman. Si bien poseían muchas cosas en común -ambos eran escritores soviéticos de familias judías que gozaban de gran prestigio y visibilidad por las crónicas de guerra que redactaban para el periódico militar Estrella Roja-, discreparon abiertamente tanto por su manera de ser como de entender la obra.

Mientras que Ehrenburg era un pragmático que procedía según las exigencias del momento y se movía como pez en el agua entre la 'nomenklatura', Grossman era un epígono del humanismo ruso y europeo para quien la Solución Final tenía una gran carga emotiva debido, sobre todo, al asesinato de su madre. Así, Ehrenburg, más sagaz políticamente, entendía que para burlar la censura se debían soslayar ciertos aspectos. Por ejemplo, la colaboración de ciudadanos soviéticos con los alemanes o el excesivo hincapié en la condición judía de las víctimas. No se equivocaba. La comisión encargada de revisar el material detectó un "grave error": "En los textos presentados se aprecian descripciones demasiado pormenorizadas de la abyecta actividad de los ucranianos, letones y representantes de otras nacionalidades que traicionaron a la patria. Con ello, se rebaja la acusación principal y definitiva que presume al libro, a saber, la acusación contra los alemanes". Y, no obstante, para extirpar al Untermensch (subhumano), las SS de Himmler tuvieron que servirse de todo tipo de ardides y de mucha planificación. Sin la colaboración local, difícilmente se habría ejecutado con tanta eficacia el genocidio. La línea oficial de Stalin en el tratamiento del Holocausto fue "no dividáis a los muertos", algo que Ehrenburg llevó a la práctica como marxista consagrado a la idea de la fraternidad universal.

“El libro negro” estuvo auspiciado por el Comité Judío Antifascista, creado tras la invasión de Rusia por los alemanes en 1941, cuando Stalin ansiaba ganarse el apoyo internacional judío que había perdido con la invasión conjunta de Polonia por Alemania y la URSS, a raíz del Pacto Ribbentrop-Mólotov. La prohibición de que se publicara esta acta de la brutalidad no fue más que el preludio a la ejecución de varios miembros del comité. La ola de antisemitismo que atravesó Rusia tendría uno de sus máximos exponentes en el llamado "Complot de los médicos", en virtud del cual se acusaba a doctores judíos de haber intentado envenenar a los dirigentes del Kremlin. En este sentido, Grossman fue más lejos que Solzhenitsin, al dejar al descubierto no sólo la corrupción del marxismo-leninismo, sino también el espíritu xenófobo imperante en Rusia.



MAG/25.02.2017

domingo, 19 de febrero de 2017

Itsjok Katzenelson





Itsjok Katzenelson (Ицхок Каценельсон) nació en 1886 en Karlitza, cerca de Minsk (Bielorrusia), en el seno de una familia judía amante de las letras. Su padre Jakob Benjamin Katzenelson era escritor.

Poco después del nacimiento de Itsjok, su familia se trasladó a Łódź (Polonia), donde su padre fundó una escuela secundaria judía y creó un grupo literario judío. A los 13 años el joven Katzenelson comenzó a escribir, tanto en yidish como en hebreo. Trabajó como profesor en la escuela de su padre, lo que le permitía, como sionista conceptual que era, viajar alguna vez a Palestina. Antes de la guerra había traducido al yiddish a Heine, así como pasajes del Antiguo Testamento y escrito poemas épicos y obras de teatro.

El 8 de septiembre de 1939, una semana después de que la Wehrmacht invadiera Polonia, las tropas alemanas entran en Łódź y entre las primeras medidas tomadas por los nazis confiscan el colegio de la familia Katzenelson. 

Itsjok, su mujer y sus tres hijos logran huir a Cracovia y en enero de 1940 a Varsovia. Allí son recluidos en el gueto, e Itsjok Katzenelson se compromete de inmediato con la tarea social y educativa como uno de los responsables de la enseñanza secundaria clandestina. También organiza veladas literarias.

En el gueto escribe permanentemente, en especial en yidish, y sus poemas circulan manuscritos por el gueto en centenares de copias. Escenificaba también obras de teatro con los niños judíos como actores. Su poesía es una llamada a la lucidez, a la resistencia, a la venganza. Durante su estancia en el gueto consiguió, tanto para él como para su hijo mayor, trabajo en un taller alemán, ubicado en el gueto.

El 14 de agosto de 1942 al regresar con su hijo mayor Zvi del trabajo se encontró la casa vacía. Su mujer y sus dos hijos pequeños habían sido on capturados en una de las periódicas redadas y llevados, junto con ancianos y enfermos, al campo de exterminio de Treblinka, donde fueron gaseados nada más llegar.

En octubre del mismo año, Katzenelson reacciona uniéndose, junto con su hijo Zvi, a la Organización Judía de Combate, que protagonizará el levantamiento del 19 de abril de 1943. Su vida corre serio peligro y, poco antes de la sublevación, la Organización consigue conducirlos clandestinamente fuera del gueto y ofrecerles pasaportes hondureños en el Hotel Polski, que luego se sabría era una trampa de los nazis para atraer a los judíos polacos ricos con la falsa promesa de permitirles emigrar a Iberoamérica, deteniéndolos y quedándose con sus pertenencias. 

Itjsok y Zvi Katzenelson son deportados al campo de Vittel en el noreste de Francia, donde se internan a los extranjeros susceptibles de ser tratados como moneda de cambio. Es aquí donde, en octubre de 1943 comienza a escribir, a lo largo de diez meses, un conmovedor testimonio personal, en hebreo, Pinkas Vittel (“Registro de Vittel”) y, en yidish, Dos lid fun oisguearguetn idishn folk (“El canto del pueblo judío asesinado”). En febrero de 1944, creyendo que no va a sobrevivir, reparte cinco copias entre sus compañeros y esconde una en tres botellas herméticas que una mañana de febrero de 1944 entierra bajos las raíces retorcidas de un viejo pino cuyas señas difunde también entre sus compañeros.

El 18 de abril de ese año Itjsok Katzenelson y su hijo Zvi son incorporados a un grupo de 170 judíos provenientes de Varsovia y trasladados al campo de Drancy, al noroeste de París. El 29 de abriil son deportados a Auschwitz desde la estación de Bobigny en el convoy número el 72. El 1º de mayo Itsjok Katzenelson y su hijo Zvi morirán asesinados en la cámara de gas en Birkenau.

El 12 de septiembre de 1944 es liberado Vittel y una interna del campo, Miriam Novich, que además tradujo parcialmente la obra al francés y ayudó a su edición, desentierra “El canto del pueblo judío asesinado”. Tanto las botellas como el texto original se encuentran en Israel en el Kibutz Lojamei Haghetaot (“La Casa de los Luchadores del Gueto”) en un museo que lleva el nombre de Itsjok Katzenelson.



El historiador rumano, de origen judío, Serge Klarsfeld, que iba también en ese tren, pero que pudo escapar de Auschwitz, describe así el convoy 72:

“Éramos 1004 judíos, 398 hombres y 606 mujeres, de los cuales 174 no habían cumplido los 18 años. Entre los deportados en este convoy se encontraba Itsjok Katzenelson, así como muchos polacos, que habían sido internados en el campo de concentación de Vittel. Iban los tres niños  Dodelzak: Ita de 12 años, George de 4 y Arkadius de 3 meses; también los Rottenberg: Naftalia de 7, Esther de 4 y Frants de 2. … . Al llegar a Auschwitz, los nazis seleccionaron a 48 hombre con los números de matrícula 186596 a 186643 y a 52 mujeres con matrículas en torno a los números 80600. Un año más tarde, en 1945, los supervivientes éramos 37, 12 hombres y 25 mujeres”.

“El canto del pueblo judío asesinado” está escrita en cuartetos desgarrados sobre la espeluznante tragedia del gueto de Varsovia. Katzenelson, cual un desdichado Job moderno de alma rota por el llanto, no es una víctima desdichada de Dios sino de asesinos inhumanos sin piedad, a los que él ni comprende ni les perdona tanto sufrimiento y tanto crimen.

El poeta ofreció su visión de aquella cronología del horror e iniquidad que fue el gueto varsoviano: la brutalidad gratuita de los SS, asistidos por la infame policía judía del gueto irrumpiendo en las casas para sacar a empellones a sus moradores; la espera terrible de los seleccionados para la muerte en la Umschlagplatz (lugar de reunión de aquellas "reses humanas" para el matadero); la llegada de los trenes de ganado, el asfixiante viaje de los desdichados en los vagones hacia Auschwitz o Treblinka ... Y, sobre todo lo demás, la agonía desesperanzada de aquellas personas inocentes e impotentes; la mirada apagada de los niños y la desazón desquiciada de los mayores. También la resistencia final de algunos heroicos jóvenes que se enfrentaron a los alemanes en la famosa calle de Mila, poco antes de que arrasaran el gueto entero.

Esta elegía se compone de quince cantos de quince cuartetos cada uno, y no es su belleza formal lo más relevante sino la fuerza del dolor que intenta transmitir y que se plasma desde la dedicatoria 

“Para el alma de mi Jane,
para el alma de mi hermano Berl,
exterminados junto con sus hijos,
y junto con todo mi pueblo,
sin sepultura

hasta el último cuarteto 

“¡Ay de mí, no queda nadie ya! ¡Hubo un pueblo… 
y ya no más!” 

Son también sorprendentes los detalles que aporta sobre el genocidio. Insólitos porque en la época en que lo escribe, todavía no se había producido la última gran deportación – la de los judíos húngaros (aproximadamente medio millón) que fueron aniquilados casi en su totalidad – para la que fue imprescindible la colaboración de líderes de la comunidad hebrea que arguyeron en su descargo, años después, que desconocían la suerte definitiva que iban a correr sus compatriotas. Aún más: que solo los asesinos sabían lo que en realidad se ocultaba tras la expresión “reasentamiento”. Katzenelson les desmiente y, de paso, a todos aquellos que posteriormente se escudaron en el presunto sigilo con el que se llevó a cabo la política asesina nazi: la frase neotestamentaria “Quien tiene oídos para oír, que oiga”. Así, en el primer canto menciona campos de exterminio como Sobibor o Treblinka, donde murieron más de 900,000 judíos, apenas unas decenas de miles menos que en Auschwitz-Birkenau. Cita al propio Auschwitz y lugares de ejecuciones masivas como Ponar o guetos como el de Bełżyce, liquidado en mayo de 1943. Y en el último canto calcula con macabro e inaudito acierto, para la época y el momento, el número de judíos asesinados: 

«Así nos asesinaron, de Grecia a Noruega y hasta 
las afueras de Moscú, a cerca de siete millones». 

No conviene llamarse a engaño: si alguien preso durante años, primero entre los muros de Varsovia y luego en Francia, pudo saber de la existencia precisa de tantos lugares de aniquilación en masa y suponer aproximadamente, de una forma nada descabellada, la dimensión de proceso destructor es que no se estaba ante el secreto mejor guardado de la Historia precisamente. 

Las condiciones de “El Canto del pueblo judío asesinado” por su composición, singularidad de su autoría, belleza, patetismo, información e implicaciones morales lo han hecho merecedor de una posición de privilegio en la literatura sobre la Shoah.

La obra de Itsjok Katzenelson comprende poemas, algunos de los cuales se convertirían en canciones populares, obras de teatro y canciones en yidish y en hebreo.

Termino con su conocido poema, escrito en hebreo “Yo tuve un sueño”:

Yo tuve un sueño
terrible.
Mi pueblo no existe, mi pueblo 
ha desaparecido.
Lancé un grito:
¡Ay! ¡Ay!.
Lo que soñé
ahora sucede.
Dios que estás en las alturas
Te invoco temblando:
¿Para qué y por qué
Mi pueblo ha muerto?.
¿Para qué
ha muerto en vano?.
No en la guerra
ni en combate.
Jóvenes, ancianos,
mujeres y también niños
ya no existen, ya no.
¡Retorciendo las manos!.
Así lloraré en mi duelo
de día y de noche.
¿Para qué, Señor
Dios mío, por qué?.




MAG/19.02.2017

domingo, 12 de febrero de 2017

Consideraciones sobre la asimilación en EE.UU. de los judíos europeos en el ámbito científico y tecnológico del siglo XX

Estimados compañeros:

En la clase del pasado 8 de febrero nos explicaba en clase el profesor Abella, que uno de los motivos por los que se dificultaba la integración de los judíos en la sociedad alemana era verse superada ésta por aquéllos en la incorporación a la cultura. Y razonaba que la posición destacada de los judíos en el medio cultural venía espoleada por el ansia de plena asimilación y alcanzada por el gran esfuerzo para lograrla. En otras palabras, el lugar destacado que ocupaba la cultura en la sociedad alemana del siglo XIX jugaba el papel de un fuerte imán para la asimilación entre los judíos que destacaban en la burguesía urbana. Y a ello se dedicaron con ahinco figuras como las que son objeto de estudio en este curso de cultura judía contemporánea.

Simultáneamente a este curso participo en el Foro Histórico de las Telecomunicaciones y vengo constatando que no pocos de los inventores que han contribuido destacadamente al progreso de la sociedad del s. XX en ese ámbito son de extracción hebrea. 

A mi juicio, existe un cierto paralelismo entre los procesos de asimilación en Alemania mediante la cultura en el siglo XIX, y en EE. UU. en el siglo XX por la ciencia y la tecnología. Esta formulación necesita una doble matización para la asimilación transatlántica: la urgencia para huir del nazismo y la apertura generosa de las autoridades estadounidenses. La primera sirvió de gran acicate y la segunda premió el esfuerzo.

A fin de justificar mi aserto glosaré a continuación, por orden cronológico y de forma sucinta, las vivencias de diez personajes relacionados directa o indirectamente con la Telecomunicación que se vieron obligados a huir de Europa por su origen judío y que compensaron la acogida en EE.UU. con el fruto de sus acciones de las que toda la humanidad hoy se beneficia en mayor o menor medida.

Emil Berliner (Emile Berliner) nació el 20 de mayo de 1851 en el seno de una familia judía, en Hanover, y falleció en Washington en 1929. A los 19 años emigró a EE.UU., siguiendo el ejemplo de un amigo. Entre sus inventos destacan el transmisor telefónico, precursor del micrófono; el gramófono; y los discos de vinilo. Fundó la Berliner Gramophone Company, la Gramophone Company en Londres, y la Berliner Gram-O-phone Company en Canadá.

Arthur Korn nació el 20 de mayo de 1870 en Breslavia (Alemania) y falleció en 1945 en Jersey City (New Jersey). En 1914 consiguió la cátedra de física en el Instituto Técnico de Berlín, pero, al ser descendiente de judíos en 1935, con el surgimiento del partido nazi perdió su puesto. En 1939 abandonó Alemania con su familia y se mudó a los Estados Unidos, a través de México. Participó en la creación del fax, concretamente en la trasmisión de fotogramas o telefoto, conocido como el Belinógrafo, precursor del sistema de televisión mecánica.

Albert Einstein nació el 14 de marzo de 1879 en Ulm (Alemania) y falleció en Princeton (EE.UU.) en 1955. Ante el ascenso del  nazismo, Einstein abandonó Alemania en diciembre de 1932 con destino a Estados Unidos, donde se dedicó a la docencia en el  Institute for Advanced Studies . Se nacionalizó estadounidense en 1940. Aunque es considerado por algunos como el «padre de la bomba atómica», defendió el federalismo mundial así como el sionismo. Considerado el científico más conocido y popular del siglo XX. Su teoría de la relatividad desafió los conceptos de espacio y tiempo promulgados dos siglos antes por Isaac Newton. Formuló la relación entre la masa y la energía: E = mc2 y demostró que la luz se comporta como partículas.

Niels Bohr nació en Copenhague el 7 de octubre de 1885 y falleció en Valby (Dinamarca) en 1962. Realizó contribuciones fundamentales para la comprensión de la estructura del átomo y la mecánica cuántica. En 1943 Bohr, cuya madre era judía, escapó para evitar su arresto por parte de las autoridades nazis y trabajó en el Proyecto Manhattan de Los Álamos, Nuevo México (EE.UU.) para el desarrollo de armas atómicas.

Jacob Millman (Якоб Мильман) nació en 1911 en la ciudad de Novograd-Volinski (Imperio ruso) y falleció en Longboat Key (Florida) en 1991]. Físico, profesor de Ingeniería Eléctrica, autor de libros de textos mundialmente reconocidos. Definió el llamado Teorema de Millman. Participó en el desarrollo de sistemas de radar para los ejércitos estadounidense y británico durante la II Guerra Mundial. Tras los pogromos que se desencadenaron en Rusia con ocasión del proceso de Beilis, relacionado con un libelo de sangre, dos millones de judíos emigraron a Estados Unidos, entre ellos la familia Millman, cuando Jacob apenas contaba dos años.

Robert Adler nació en Viena el  4 de diciembre de 1913 y falleció en Boise, Idaho (EE.UU.) en 2007. Doctorado en Física por la Universidad de Viena, huyó de Austria tras la anexión del país por los nazis en 1939. Se estableció primero en Bélgica para trasladarse poco después al Reino Unido, donde por recomendación de su amigos emigró a EE.UU. En 1941 fue contratado por Zenith Electronics para sus laboratorios de investigación. A lo largo de su carrera consiguió 58 patentes estadounidenses, entre ellas, la del popular mando a distancia.

Hedy Lamarr (Hedwig Eva Maria KIESLER) nació el 9 de noviembre de 1914 en Viena en el seno de una familia judia secularizada y falleció en Orlando (Florida) en 2000. Actriz (protagonizó el primer desnudo integral en 1933) e inventora. Su marido –también de origen judío– era proveedor de aviones de combate y de sistemas de control de Adolf Hitler y de Benito Mussolini. Muy celoso, encierra a su mujer que consigue escaparse a París y de ahí a Londres donde conoce a Louis B. Mayer, el empresario de la Metro Goldwyn Mayer, que la contrata para trabajar como actriz en EE.UU. Lamarr, por su condición de judía, ofreció al gobierno estadounidense la información confidencial de la que disponía, gracias a los contactos de su ex-marido, colaborando en la consecución de nuevas tecnologías militares en el ámbito de las telecomunicaciones. Fue co-inventora de la primera versión del Espectro ensanchado que permitiría el desarrollo de dispositivos como los GPS, el Bluetooth, los teléfonos inalámbricos, los teléfonos móviles o las redes Wi-Fi.

Roberto Mario Fano (“Robert" Fano) nació en Turín (Italia) en 1917 y falleció en Naples, Florida (EEUU) en 2016]. En 1939 huyó a Estados Unidos a causa de las leyes raciales promulgadas por Mussolini. Científico informático y profesor de ingeniería en el MIT. Defensor del acceso libre a la informática. Participó en el diseño del primer sistema operativo de tiempo compartido. Inventó, junto con Claude Shannon, la codificación Shannon-Fano y formuló la Desigualdad de Fano.

Harold Herman Greene (Heinz Grünhaus) nació el 6 de febrero de 1923 en Frankfurt y falleció en Washington DC el año 2000. Con 16 años, acompañó a su familia en su huida ante la persecución de los judíos por el régimen nazi. Brillante jurista estadounidense que presidió el juicio contra AT&T, a la que el Departamento de Justicia acusaba de utilizar sus ingresos del monopolio que disfrutaba en las llamadas locales para anular la competencia en el servicio interurbano. Finalmente AT&T aceptó romper su imperio en siete operadores regionales con los Laboratorios Bell y una operadora de larga distancia con la fabricación de equipos.

Israel Robert John Aumann nació en Frankfurt el 8 de junio de 1930. Su familia emigró a Estados Unidos en 1938, dos semanas antes de la noche de los cristales rotos. Se doctoró en 1955 en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Fue galardonado con el Premio Nobel de Economía en 2005 por «haber ampliado nuestra comprensión de conflicto y cooperación en la teoría de juegos».

Esta relación podría al menos duplicarse si considerásemos también a los científicos e inventores de ascendencia judía nacidos ya en Estados Unidos.


MAG/13.02.2017

viernes, 10 de febrero de 2017

Else Lasker-Schüler




Else Lasker-Schüler (cuyo nombre real era Elisabeth Lasker-Schüler), nació el 11 de febrero de 1869 en Elberfeld (hoy un barrio de Wuppertal), en el seno de una familia de la alta burguesía judía. Su tío era rabino. Else era la menor de los seis hijos de Aaron Schüler, banquero, y Jeannette Kissing. Else creció en el barrio de Brill en Wuppertal y su familia la consideraba una niña prodigio pues a sus 4 años de edad sabía leer y escribir. En 1880 entra en el Lyceum West an der Aue. Cuando ella tenía 13 años muere su hermano preferido, Paul. Abandona el Liceo y sigue su educación en el domicilio familiar. 

En 1894 contrajo un matrimonio de conveniencia con el médico Jonathan Bertold Lasker, hermano del campeón mundial de ajedrez, Emanuel Lasker, y se trasladan a Berlín, donde estudió pintura en la escuela de Simon Goldberg, siendo introducida en el círculo literario por el autor Peter Hille y presentada a algunos bohemios por Julius Hart y E. Mühsam. El 24 de agosto de 1894 Else tuvo un hijo, pero no de su marido, al que llamó Paul, como su querido hermano. Publica sus primeros poemas. 

En 1902 aparece su primer libro de poemas de corte expresionista bajo el título de Styx. El 11 de abril de 1903 se divorcia y el 30 de noviembre de ese año contrae un segundo matrimonio con el escritor Georg Lewin, que ella le cambió el nombre por Herwarth Walden y quien más tarde sería redactor de la revista Der Sturm

Cansada de la vida burguesa, Else Lasker-Schüler se convierte en la figura central de la bohemia berlinesa. Conoce a numerosos artistas expresionistas como Oskar Kokoschka y Franz Marc, fundador con Vasili Kandinski en 1911 el grupo Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), así como al escritor Karl Kraus, conocido por su crítica ingeniosa de la prensa, la cultura y la política alemana y austriaca. En 1905 Else publica Der siebente Tag (“El séptimo día”).  

Llevó una vida disparatada; escribió poesía, prosa y teatro alucinados, y encarnó, por encima de lo que las circunstancias se lo permitían, la imagen que se había hecho de ella misma, o se mentía para sobrevivir, en sus reinos imaginarios desde los que concedía prebendas y condecoraciones, y en ocasiones, como a Richard Dehmel, preeminente lírico del modernismo alemán, “diez elefantes blancos, mis palomas plateadas, mis jardines y rosas azucaradas, pomos de ungüento, mis tres negros sudaneses, y mi anillo, en cuya piedra se refleja el cielo. Asigna motes a sus amigos. A Karl Kraus le llama ‘el Papa’, a Gottfried Benn, fundador del expresionismo literario alemán, ‘el Bárbaro’, al novelista y dramaturgo Franz Werfel, ‘el Príncipe de Praga’ y a sí misma ‘Yusuf, príncipe de la Tebas egipcia’.

En 1906 escribe su primera obra en prosa Das Peter-Hille-Buch, (“El Libro de Peter Hille”) tras la muerte de Peter Hille, uno de sus mejores amigos. También en prosa publica en 1907 Die Nächte der Tino von Bagdad (“Las noches de Tino de Bagdad”).

Dos años más tarde escribe una obra de teatro Die Wupper (“El río Wupper”).

En 1910 se separa de Herwarth Walden y se dedica a escribir un libro de poesías titulado Meine Wunder (“Mi milagro”). En 1911 en su poema Mein Volk (“Mi pueblo”) cantó su amor por el pueblo judío con dibujos e ilustraciones que acompañan los textos, pues la escritora sentía una gran atracción por las fuentes orientales, cristianas y judías. 

En 1912 se divorcia de Herwarth Walden y se queda sin recursos económicos. Sus amigos la asisten financieramente y en particular Karl Kraus, pero es con Gottfried Benn con quien se siente atraída y a quien dedica un buen número de poesías de amor. Él la define como la mayor poetisa que jamás ha habido en Alemania. Else publica la novela epistolar Mein Herz (“Mi corazón“) sobre la bohemia berlinesa y su historia imperial. 

Sus composiciones poéticas encierran una metafórica rica y evocadora que describe sentimientos como el amor, la tristeza o la penosa existencia del pueblo judío, una temática esta última que se repite en las Hebräische Balladen (“Baladas hebreas”), publicadas en 1913 y que contribuyeron a fomentar su fama como escritora judía al evocar a la vez los grandes personajes bíblicos y sus propias aventuras sentimentales.

En 1919 escribe Der Malik, una serie de cartas ficticias a su amigo Franz Marc, que se alistó voluntario en la Gran Guerra y murió a los 36 años por el impacto de una esquirla de metralla durante la batalla de Verdún. 

En 1927 la muerte de su hijo Paul sume a Else Lasker-Schüler en una profunda crisis.

En 1932 le otorgan el premio literario más prestigioso de Alemania, el Kreist-Preis, y paradójicamente un año más tarde sus libros se incluyeron en la lista de libros prohibidos por los nazis. La escalada del nacionalsocialismo le hace temer por su vida y Else Lasker-Schüler huye a Zurich el 19 de abril de 1933. Sin embargo a los extranjeros en Suiza se les conceden permisos de residencia de corta duración en un municipio, lo que le obliga a mudarse continuamente de lugar. 

El tema de la persecución de los judíos es el tema central de su última obra teatral Arthur Aronymus. Sus últimas obras están profundamente marcadas por las tradiciones judías y la religiosidad, así como por la soledad del exilio.

Desde Zurich parte a Palestina en 1934 para regresar poco después a Suiza. Y de nuevo emprende en 1937 un viaje a Palestina para establecerse allí definitivamente.

En 1938 el gobierno nazi la desposeyó de su ciudadanía alemana y la II Guerra Mundial impediría cualquier intento de regresar a Europa.

Y así se quedaría Else Lasker-Schüler a morir en la tierra de sus lejanísimos ancestros: esa voz intraducible y casi ni siquiera aproximable en ninguna traducción, pero que no por eso deja de ser una de las más puras e inconfundibles que sonaron en el siglo pasado.

Ein alter Tibetteppich

Deine Seele, die die meine liebet,
Ist verwirkt mit ihr im Teppichtibet.
Strahl in Strahl, verliebte Farben,
Sterne, die sich himmellang umwarben.
Unsere Füße ruhen auf der Kostbarkeit,
Maschentausendabertausendweit.
Süßer Lamasohn auf Moschuspflanzenthron,
Wie lange küßt dein Mund den meinen wohl
Und Wang die Wange buntgeknüpfte Zeiten schon?

(“Un viejo tapiz tibetano”

Tu alma, que por la mía se desvive,
trenzada está con ella en un tapiz del Tibet.
Destello con destello, enamorados colores,
estrellas cielo avante diciéndose de amores.
Nuestros pies en esta joya descansando,
nudos miles y miles ocupando.
Dulce hijo de un Lama sobre un trono de almizcle,
¿desde cuándo se besa tu boca con la mía
y en la mejilla urde del tiempo viva urdimbre?)


Cuando Karl Kraus publicó este poema en su prestigiosa revista Die Fackel (“La Antorcha”), añadió la siguiente nota a pie de página: “El poema aquí citado se cuenta, según pienso, entre los más primorosos y conmovedores que haya leído nunca, y hay pocos, de Goethe acá, en los que –como en este tapiz tibetano– estén entreverados sentido y sonido, palabra e imagen, idioma y alma”. Y aún podrían añadirse otras dos calificadas opiniones, la de Kasimir Edschmied (“Es la más importante poetisa del pueblo judío desde hace siglos”), y la de Friedrich Dürrenmatt: “Veía las cosas como si fuese la primera vez que lo hiciera, y las decía como si fuese la primera vez”. 

El conjunto de su obra muestra una nítida evolución: se inicia con el expresionismo, se convierte en mística y termina con la denuncia apasionada del caos que su alma siente en su entorno.

El estilo de vida bohemio de Else Lasker-Schüler  y su moda excéntrica no tenían fácil acomodo en Jerusalén. Gastó todo el dinero que poseía de una vez y hubo días que no pudo pagarse un lugar para vivir ni alimentos que comprar. Acudieron en su auxilio Heinz Gerling y el poeta Manfred Schturmann que le abrió una cuenta corriente en un banco para cubrir periódicamente sus gastos de alimentación y vivienda a cambio de la publicación de las obras de Else Lasker-Schüler. 

En 1944 la salud de Else Lasker-Schüler se deterioró seriamente. Sufrió un ataque al corazón el 16 de enero y el 22 falleció en Jerusalén. Fue enterrada en Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos. Cuando tiempo después se modificó el trazado urbano del lugar, su tumba desapareció como para justificar un verso de su soneto “Despedida”: “Le hice trampas al mundo, el mundo me las hizo.”

Manfred Schturman fue el fideicomisario del legado de Else Lasker-Schüler y negoció la publicación de sus escritos que eran requeridos con gran interés en la República Federal Alemana, en Alemania Oriental, en Austria y en Suiza por los años ’50 y ’60.

En la casa de Motzstraße 7 en el barrio de Schöneberg en Berlin, donde Else Lasker-Schüler vivió de 1924 a 1933 se fijó una placa de homenaje y parte de esa calle desde 1966 se denomina Else-Lasker-Schüler-Straße. Y en Jerusalén lleva también su nombre una pequeña calle en el barrio de Nayot - Rehov Else.



En el bosque de Jerusalén muy próximo al Kennedy Memorial se levantó en 1997 una escultura moderna denominada ‘Ángel para Jerusalén”, diseñada por d'Horst Meister en honor de Else Lasker-Schüler.


MAG/11.02.2017



domingo, 5 de febrero de 2017

Gertrud Kolmar






Gertrud Kolmar nació el 10 de diciembre de 1894 en el barrio berlinés de Charlottenburg en el seno de una familia judía asimilada de origen polaco. Su nombre real era Gertrud Käthe Chodziesner. Tomó como seudonimo el nombre del pueblo de su padre en Pomerania, Chodziez, Kolmar en alemán. Su padre, Ludwig Chodziesner, era abogado criminalista y patriota alemán. Su madre, Elise Schönflies, era hermana de la madre de Walter Benjamin, quien sentía por Gertrud una profunda admiración. 

Los Chodziesner no practicaban la religión judía e incluso Hilde, hermana de Gertrud, se casó con un librero no-judío, Peter Wenzel. La abuela paterna era la única referencia del judaísmo en la familia.

La infancia de Gertrud transcurrió en el barrio berlinés de Charlottenburg. Gertrud creció en un ambiente familiar inmerso en la literatura, leyendo prosa o interpretando teatro después de cenar. Aunque se padre publicó algunas historias cortas en el periódico local, Gertrud era muy sensible, tímida y tenía aprensión a que el público pudiese leer las novelas que ella escribía desde la infancia, muy elogiadas por su familia. Al abogado y escritor judío, Jacob Picard, que la animaba a publicar, le respondió en una carta que “a pesar de su esfuerzo, se sentía incapaz pues nunca había participado en las luchas artísticas de otros poetas”. 

De 1901 a 1911 asistíó a un colegio femenino privado para más tarde estudiar economía doméstica y agrícola en Arvershof cerca de Leipzig. Trabajó en un jardín de infancia y estudió ruso. Especialmente dotada para las lenguas, alcanza el nivel de instructor en inglés y francés y de intérprete militar en 1916. Conocía también el español, el italiano, el neerlandés y el ruso.

En 1917 tuvo un breve romance con un oficial del ejército, Karl Jodl, quedando embarazada. El padre muere en combate y su familia la obliga a abortar, lo que era ilegal en Alemania, y el trauma que sufrió provoca que se encerrase todavía más en sí misma. Este episodio puede explicar la frecuente aparición en sus poemas de madres y mujeres sin hijos. Presionada por su padre, publica en ese año su primer libro de poemas titulado ‘Im Herbst (“En otoño”). 

Gracias a sus conocimientos lingüísticos, en 1918 trabaja como intérprete en la Oficina de Censura de la correspondencia de los soldados prisioneros de guerra en un campamento en Döberitz, cerca de Berlín. Finalizada la guerra, se emplea como gobernanta e institutriz en familias berlinesas. 

En 1923 la familia se muda a una casa con jardín arbolado en Finkenkrug, cerca de Spandau. Gertrud la recordará como “das Verlorene Paradies” (su paraíso perdido) tras ser requisada la casa por los nazis en 1938.

En 1927 se traslada a Hamburgo como profesora de discapacitados y en el mismo año viaja a Francia matriculándose en un curso de verano en la Universidad de Dijon, donde estudió Interpretación, graduándose con las calificaciones más altas otorgadas a un alumno extranjero. Se siente atraída por la Revolución francesa y tanto Napoleón como Robespierre le fascinan. Publica una colección de poemas bajo el título de ‘Napoléon und Marie’ y escribe una obra de teatro titulada Cécile Renault así como 45 baladas sobre Robespierre.

En 1928 la salud de su madre se deterioró seriamente y Gertrud regresó a Finkenkrug para atender a su madre hasta su muerte y para hacerse cargo de la casa. El 25 de marzo de 1930 fallece su madre, y profundamente afectada, escribe su primera novela Die jüdische Mutter (“La madre judía”), en cuyas páginas una viuda judía se queja amargamente de la violación de su hija, que ella misma matará. Simboliza la locura que supondría el ascenso del nazismo. 

Gertrud se dedica al cuidado de su anciano padre, ayudándole también en su bufete, y renunciando a asistir a los círculos literarios de Berlín. Enclaustrada  en su casa, escribe poemas que aparecieron en diversas revistas literarias. 

En 1930 escribe un poema autobiográfico titulado Die Dichterin (“La poetisa”) en que pide al lector respete su fragilidad:

Mein Herz wie eines kleinen Vogels schlägt
In deiner Faust. Der du dies liest, gib acht;
Denn sieh, du blätterst einen Menschen um.
Doch ist er dir aus Pappe nur gemacht.

(Mi corazón late como el de un pajarillo
En tu puño. Tú que esto lees, ten cuidado.
Para verlo, pasas la página de una persona
Aunque para ti solo está hecha de papel).

Lo poco que, por insistencia del padre, había publicado Gertrud Kolmar antes de 1933 fue quemado en la Kristallnacht (Noche de los Cristales Rotos) del 9 al 10 de noviembre. Tampoco han aparecido las obras dramáticas de Cecile Renault, escrita en 1935 y Nacht  en 1938.

La soledad y el aislamiento experimentados por Gertrud Kolmar como mujer y como judía se manifiestan de forma elocuente en la poesía que escribió mientras crecía el antisemitismo a su alrededor. En Die Jüdin (“La judía”), que apareció publicado en 1936 en fascículos en un periódico del Jüdische Buchvereinigung (Club Literario Judío), Kolmar expresa su ansia por descubrir su herencia judía que siente le fue hurtada. 

En 1938 la editorial judía Erwin Loewe publicó una colección de poemas escritos diez años antes por Gertrud Kolmar, bajo el título de Die Frau und die Tiere (“La Mujer y las Bestias”). Dos meses de su publicación la editorial fue clausurada durante el pogrom de noviembre.

En una carta escrita por Gertrud a su hermana Hilde le dice que se padre se siente feliz por considerarla la poeta judía más importante desde Else Lasker-Schüler. 

En 1938 los nazis obligan a Ludwig y Gertrud malvender su casa de Finkenburg y alojarse en la llamada Judenhause (Casa Judía) en el barrio de Schöneberg en Berlín. 

Durante el invierno de 1939, durante las noches, únicos momentos de tranquilidad en el apartamento colectivo para judíos que se les asigna a la escritora y a su padre como residencia obligada, escribe su última novela Susanna, que describe a una adolescente deprimida por desconocer su propia fe, el judaísmo, mientras desde su ventana contempla a unos judíos provenientes del Este, que hablan yidish y que para ella son extranjeros.

El clima social y político antisemita en Berlín fuerza a que su hermana Hilde escape a Suiza. Gertrud inicia sus planes para escapar a Inglaterra como institutriz y al mismo tiempo envía un curriculum vitae a su tío Fritz Crzellitzer, que había emigrado a Palestina.

En 1940 Kolmar comenzó a estudiar hebreo con la esperanza de poder emigrar a Palestina. Tradujo al alemán un poema de Hayyim Nahman Bialik y también escribió un poema propio en hebreo. Como no tenía una carta de trabajo las autoridades alemanas le impidieron emigrar.

A mediados de 1941 Gertrud fue obligada a trabajar como mano de obra forzada en la industria de armamento alemán. 

Su hermano Georg y sus hermanas Margot y Hilde tratan de convencer a Gertrud que huyan con su padre a Suiza. Ella se niega para seguir acompañando a su anciano padre y escribe así asu hermana Hilde:

"Desde el momento en que acepté en mi corazón el trabajo forzado diario, desapareció la presión que pesaba sobre mí. Estaba decidida a considerarlo como una enseñanza y a aprender tanto como fuera posible. De ese modo soy libre en medio de mi falta de libertad. Así quiero presentarme también ante mi destino, aunque sea  alto como una torre, aunque sea negro como una nube amenazadora”. 

En otra carta escrita el 26 de octubre de 1941 a su amiga Suse Jung de Düsseldorf le dice que no se siente desgraciada o desesperada por lo que tiene que venir, porque sabe que tiene que recorrer el camino construido para ella y desea hacer el ‘viaje’. Y en una de las últimas cartas a su hermana Hilde opina que la persecución que sufre es una penitencia por los pecados cometidos.

Su padre fue detenido en septiembre de 1942 y a los 80 años de edad deportado a Theresienstadt, donde murió el 27 de febrero de 1943. 

En ese mismo día Gertrud fue arrestada por las SS en su lugar de trabajo y el 2 de mayo deportada al campo de concentración de Auschwitz en el tristemente famoso tren numero 32 Osttransport. Se desconoce cuando falleció ni bajo qué circunstancias, si a causa del frío en el transporte al Este o gaseada en el campo de concentración. La última prueba de vida es una carta con fecha de 21 de enero de 1943. El Estado alemán certificó oficialmente su defunción el 2 de mayo de 1951.

Gracias a su hermana Hilde (y su ex-marido Peter Wenzel), que antes de la deportación recibieron de Gertrud las últimas cartas escritas,  la intimísima y desoladora obra de Kolmar pudo sobrevivir al Holocausto.





En el 24 de febrero 1993 se descubrió una placa en Haus Ahornallee 37, en Charlottenburg (Berlín)” con el siguiente texto en alemán: 

“La poeta lírica Gertrud Kolmar pasó su infancia y juventud en el edificio que anteriormente ocupaba este lugar. Obligada a trabajos forzados por su condición de judía en 1933, fue deportada a Auschwitz el 2 de mayo de 1943, y alli asesinada." 

También en su honor una calle de Berlín lleva su nombre.

Jacob Picard, en el epílogo de Gertrud Kolmar: Das Lyrische Werk, la describió como "'una de las poetas más importantes" en la literatura alemana, y como " 'el mayor poeta lírico de origen judío ". Patrick Bridgwater, citando la gran variedad de sus formas de imágenes y verso, y la integridad apasionada que corre a través de su trabajo, también la describió como "uno de los grandes poetas de su tiempo, y tal vez la más grande poetisa.” 

Su intimismo lírico describiendo los animales, las flores silvestres, el tiempo y la gente es clarividente. Existen poetas tan potentes como Gertrud Kolmar pero ninguno tan existencial. 

La obra no destruida de Gertrud Kolmar consiste en 450 poemas, tres obras de teatro y dos cuentos a mano o mecanografiados. Gran parte ha sido publicada y el resto se encuentra en los Archivos Gertrud Kolmar en Marbach (Alemania). Se conserva también la correspondencia con su abogado Jacob Picard, con su hermana Hilde, con su sobrina Sabine y con su primo Walter Benjamin.

En vida Gertrud Kolmar vio publicados:

Die Frau und die Tiere.
Gedichte
Preussische Wappen

Y tras su muerte, han sido publicados, entre otros:

Das Bildnis Robespierre.
Susanna.
Das lyrische Werk.
Eine jüdische Mutter
Frühe Gedichte / Wort der Stummen
Auswahl und Nachwort von Hermann Kasack, 

además de su copiosa correspondencia.



MAG/05.02.2017