En la clase del pasado día 26, el profesor Abella habló de Moisés y le pregunté sobre la verosimilitud que tendría identificar, como hizo, entre otros, Sigmund Freud, a Akhenaton con Moisés. Su respuesta no se alineaba precisamente con la de Freud. Sin embargo, y a sugerencia de una compañera, y a título de curiosidad simplemente, traigo aquí una publicación más orientada a la identificación de ambos personajes, que escribí hace unos tres años en mi blog de Cultura Occidental.
El faraón Amenhotep III decidió nombrar sucesor a su hijo Amenhotep IV, en calidad de corregente. Amenhotep IV se casó con Nefertiti, y construyó tres templos al dios Atón en Tebas, junto al templo del dios Amón, en Karnak, lo que fue percibido por los sacerdotes de Amón como una afrenta al dios. La enemistad entre Amenhotep IV y los sacerdotes de Amón se convirtió en extrema, y finalmente irreconciliable.
Tras cinco años de regencia, Amenhotep IV cambió su nombre por Akhenatón, lo que significaba que ahora se consideraba hijo de Atón y no de Amón, estableciendo una nueva capital egipcia, llamada Akhet-Atón (“lugar de descanso” u “horizonte de Atón”), en la que fue suprimido el hombre-halcón del símbolo de Atón, conservándose un disco solar. Atón se convirtió así en un dios sin imagen humana o animal, siendo el disco solar la única representación del dios invisible y eterno, Ra. He aquí una primera pista: Este mismo disco solar fue utilizado como sello real por los reyes de Judá.
Los cartuchos del dios y padre celestial de Akhenatón, Ra, dieron origen al nombre de “Imram”. Otra nueva pista la encontramos en la Biblia, donde Moisés es llamado “hijo de Amram”, equivalente hebreo de Imram.
Por otro lado, “Atón”, se transcribe al hebreo como “Adón”, (palabra que en la Biblia se traduce como “Señor”), y también “Adonai” (“mi Señor”). Este nombre es utilizado, junto con Yahvé (Yhwh), como los nombres personales de Dios. Es más, Yhwh era escrito pero nunca pronunciado. Al ser leído en voz alta, se decía “Adón”. La forma escrita de Adón es poco pero significativamente usada: cuando Moisés se dirige a Dios, usa el título Adón/Atón (Éxodo 4:10,13 – 5:22 – 34:9; Números 14:17; Deuteronomio 3:23 – 7:26 – 10:17); y cuando Josué se dirige a Dios, usa también el título Adón/Atón (Josué 5:14b – 7:7). Otra significativa relación entre la Biblia y la literatura de la XVIII Dinastía egipcia, es que el Salmo 104 de la Biblia, es simplemente una versión embellecida del Himno de Atón.
La ciudad de Akhet-Atón nunca fue reconstruida, pero hay un pueblo en el lado opuesto del Nilo, que conserva todavía el nombre de Mal-lawi (o Mallevi), que significa “La ciudad de los Levitas”.
Amenhotep III falleció en el 12 año de su corregencia, siendo Akhenatón coronado como único gobernante de Egipto. Mandó cerrar todos los templos de Amón y este nombre quedó borrado en todo Egipto. Lo que empezó como reforma religiosa, terminó en un movimiento extremista, como queda reflejado en un versículo de la Biblia: “Yo ejecutaré mi juicio contra todos los dioses de Egipto” (Éxodo 12:12).
Una violenta reacción a los cambios religiosos y políticos de Akhenaton, forzaron a éste y a su esposa a abandonar el trono. Akhenaton fue desterrado de Egipto, acompañado por sus muchos seguidores. Se trasladó a las remotas áreas del desierto de Sinai llevando consigo su bastón sagrado en forma de serpiente. Para quienes le seguían él era el monarca legítimo injustamente destronado y comenzaron a llamarle Mose, Meses o Moisés, terminación de respeto utilizada en el antiguo Egipto, como por ejemplo Ramsés significaba ‘engendrado por Ra’.
MAG/28.10.2016
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